EL QUATTROCENTO EN FLORENCIA.

El renacimiento italiano es dividido por los estudiosos en dos periodos : Quattrocento (siglo XV) y Cinquecento (siglo XVI). Pues bien, nuestros protagonistas pertenecen al periodo inicial, un siglo caracterizado por la innovación y el descubrimiento, la inquietud cultural y el interés por el hombre (antropocentrismo). Los pintores de esta época indagan en la luz, el color, las anatomías, el paisaje, y, sobre todo, en la perspectiva y la sensación de realismo. Autores como Massaccio, Ucello, Bellini, Verrochio, Mantenga, Pollaiuolo y otros, reflejan en su pintura la corporeidad de los personajes, sus rasgos personales, fondos pictóricos bastante realistas y creíbles y estudian afanosamente las proporciones, la armonía en la composición y la distribución de los volúmenes.

La ciudad de Florencia es la capital del arte renacentista del Quattocento, gracias al desarrollo económico y al apoyo de numerosos mecenas, sobre todo la familia de los Médicis.

Uno de los más interesantes pintores de este periodo es Botticelli (1445-1510), pintor florentino que además de lo habitual en los pintores de su época, trató con singular maestría la sensualidad femenina encuadrada en temas mitológicos de la antigüedad clásica. Son muy destacables sus trazos elegantes y la fuerza expresiva de sus líneas.

Botticelli realizó muchas obras, pero las que ves aquí son las más conocidas y apreciadas. Tanto el nacimiento de Venus como la Alegoría de la primavera son obras muy celebradas como logros estéticos y mitológicos.

Fra Angélico (1418-1455) es el autor de una pintura sencilla y simple, todavía con rasgos goticistas, pero que ya muestra, en el dibujo y en el color, el naciente renacimiento. Los gestos de sus personajes son elegantes y exquisitos así como sus vestimentas. Ghirlandaio (1449-1494) destaca por su detallismo y cuidado realismo.

ALEGORÍA DE LA PRIMAVERA. SANDRO BOTTICELLI. (1482).

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Composición muy cuidada y compensada, con personajes distribuidos sabiamente por el espacio. Es un cuadro de enorme formato (2,03 x 3,14) y de tema mitológico.

Sobre un bello jardín de frutales, sembrado de flores aparece la diosa Flora, mensajera de la primavera, que va esparciendo flores por donde pasa, ella misma está repleta de ellas. Junto a ella está Céfiro, dios del viento, Venus vestida en el centro de la composición, las tres Gracias danzan cogidas de las manos y el dios Mercurio mira hacia arriba con su cetro en alto.

Observa la delicadeza de gestos y posturas y algunos detalles muy modernos como las transparencias de los vestidos. Toda la escena sucede en un precioso jardín y las figuras parecen flotar ingrávidas.

Las interpretaciones sobre esta obra son diversas puesto que es bastante enigmática. Algunos aseguran que los personajes desde la derecha hacia la izquierda son los meses desde Febrero (Céfiro) hasta Septiembre (Mercurio). Para otros el cuadro sería la alegoría de la relación amorosa entre Juliano de Médicis y Simonetta Vespucci, que sería la Venus central. La interpretación más original es la ecológica, ya que aseguran sus defensores que el cuadro es un canto al equilibrio entre los seres humanos y el entorno natural.

EL NACIMIENTO DE VENUS. SANDRO BOTTICELLI (1485).

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Obra muy popular y reproducida, símbolo de la belleza y la sensualidad. Venus, diosa de la belleza, llega en una concha a la costa. Desnuda, tapada solamente con una espléndida cabellera, es empujada por Eolo y Céfiro (los vientos) que soplan sobre ella mientras Flora la espera para arroparla con un bello manto a su llegada a la orilla. Resulta interesante comprobar cómo todavía existen entre los pintores de esta época ciertos desajustes perspécticos como la inadecuación de tamaño personajes-paisaje o la simplificación de la olas marinas como simples líneas curvas blancas. Destacable es la calidad de representación de la hierba y las flores y el claroscuro de zonas iluminadas en contraste con otras en penumbra.

LA ANUNCIACIÓN. FRA ANGÉLICO.(1420).

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Este lienzo del Museo del Prado es un poema a la dulzura y la gracia. El ángel se arrodilla delante de la Virgen, que, sumisa y dulce, escucha la buena nueva.

Un bello pórtico acoge la escena y subraya la perspectiva con sus bóvedas y arcos.

En el lado izquierdo, Adán y Eva son expulsados del paraíso. Ya están vestidos y el ángel los echa de un maravilloso jardín lleno de detalles botánicos; flores y frutos lo decoran. Puedes recrearte en los vestidos de los personajes, llenos de preciosismo, en los estudios perspécticos del espacio y en la tridimensionalidad de los cuerpos.

Fra-angélico, fraile dominico, toca temas casi exclusivamente religiosos y conserva todavía resabios goticistas junto con aspectos ya claramente renacentistas. La elegancia decorativa y un estilo realista refuerzan las expresiones de devoción muy logradas en los personajes.

RETRATO DE GIOVANNA TORNABUONI. GHIRLANDAIO.1488.

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Doménico di Tommaso, llamado Ghirlandaio es otro de los pintores florentinos del Quattrocento. Nació en Florencia en 1449 y moriría en la misma capital toscana en 1494. Conoció a Leonardo y a Rafael y tocó diversas temáticas pero tratadas todas con lujo y refinamiento.

Como retratista es esta su obra más celebrada. En ella vemos a la bella Giovanna, elegante y sofisticada, retratada de perfil, lo que magnifica su distinción, y ricamente vestida. El cuadro es un canto a las virtudes de la muchacha: las cuentas de coral simbolizan el amor a Cristo, el libro su sabiduría y cultura y las joyas su elevada posición social. El perfil recortado sobre fondo neutro realza la prestancia de la joven Tornabuoni, que, por cierto, la pobre moriría ese mismo año. En la cartela podemos leer en latín " ¿ podría el arte retratar su carácter? ".