SALVADOR DALÍ Y EL SURREALISMO.

Surrealismo es un movimiento pictórico del siglo XX caracterizado por plasmar en cuadros y otros objetos imágenes aparentemente reales pero extrañamente relacionadas y dando lugar a escenas oníricas, es decir, como si reflejásemos en un lienzo las visiones de nuestros sueños. Aunque Dalí no fue el único surrealista (e incluso fue expulsado del movimiento ) sí que es el representante más popular de esta tendencia artística. Sus obras nos sorprenden por unas asociaciones de objetos que nunca encontraríamos en el mundo real, pero que, en nuestros sueños pueden darse con total naturalidad. Dalí fue un gran maestro del dibujo y del detalle en la representación.

Contrasta la imaginación reflejada en sus obras con una técnica de ejecución antigua. Dalí fue amigo íntimo de Federico García Lorca, trabajó en decorados cinematográficos para Hitchcock y Buñuel, tuvo éxito en el mundo de la publicidad y diseñó joyas y mobiliario.

Dalí inventó muchas cosas que otros han continuado o imitado como por ejemplo el método paranoico-crítico, el anamorfismo, el mundo de los sueños llevado al lienzo, etc. Tal vez estas denominaciones no te digan nada, pero si continuas leyendo las vas a comprender fácilmente.

Salvador Dalí (1.904 – 1.989 ) fue también un genio del marketing al fingirse loco y paranóico y elucubrar públicamente sobre sus obsesiones sexuales (supuesta homosexualidad, impotencia, coprofagia,etc). Su vida fue realmente original e interesante al igual que su producción artística, muy personal y peculiar, y que sin duda te va a interesar.

Estás ante tres conocidos cuadros de este pintor español reconocido internacionalmente como un original e imaginativo genio, verdadero impulsor del surrealismo y artista controvertido y polémico.


EL ENIGMA SIN FIN

Fue pintado este cuadro en 1.938 y es la composición más representativa del anamorfismo, teoría pictórica que según Dalí consistía en la confusión de la formas. Dicho más claramente, nuestro sentido de la vista no es infalible y podemos jugar con él si nos apetece, y eso es lo que se nos propone en este cuadro. Si nos lo permites, vamos a guiarte en el descubrimiento de los enigmas de este cuadro, ¡vamos allá! :

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Sorprendente ¿verdad?. Pues todas estas formas se entrelazan sin interrupción sobre el escenario del paisaje y nosotros acabamos de hacer un ejercicio de delirio paranóico-asociativo (en expresión de Dalí). Ha consistido en obligar a nuestra vista a seleccionar, discriminar y elegir un solo tema cada vez, desdeñando los otros que están en el cuadro pero que debemos olvidarlos por un momento para conseguir ver individualizado el tema propuesto. Tal vez tengas la sensación de haber hecho algo nuevo pero, en realidad, tu vista lo hace a diario y no eres consciente de ello , p.e.: si pasa ante ti una chica o chico espectacular, seguro que sólo tienes ojos para él/ella y no ves nada más, aunque también esté ahí.


PERSISTENCIA DE LA MEMORIA.

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En 1.931 dalí pinta este tema onírico muy conocido. Al fondo aparecen muy iluminados los acantilados de Port-Lligat (Gerona). En primer plano, mucho más en penumbra, tenemos una serie de tres "relojes blandos" (tema recurrente en Dalí) que parecen estar derritiéndose. Cada uno tiene una hora distinta y un cuarto reloj es de bolsillo, en este caso colocado al revés y cubierto de hormigas (símbolo de la podredumbre y putrefacción para Dalí).

Todo es una alegoría de la subjetividad del tiempo y de la diferencia entre el tiempo de reloj y el tiempo biológico o subjetivo. Puedes observar una mosca y su reflejo sobre uno de los relojes. El paisaje está muerto, sólo una rama seca y tonos ocres lo conforman, pero como soporte de uno de los relojes tenemos una imaginativa figura con pestañas y nariz , puede ser el propio Dalí en forma de ameba, durmiendo, ya que en los recuerdos y en el sueño, las formas se confunden. Al final, la memoria de nuestras vivencias y recuerdos pervive por encima del tiempo.


EL GRAN MASTURBADOR.

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Una noche Dalí está sólo en casa pues Gala, su mujer, ha ido al cine. Su recuerdo de ella es tan fuerte que no puede contenerse y se masturba pensando en su amada. Este episodio es la razón originaria de este cuadro pintado en 1.929. La figura central vuelve a ser el autorretrato de Dalí, como una ameba, con pestañas sobresalientes, durmiendo colocado de perfíl. De él surge la figura de una hermosa mujer cuya boca se acerca a un unos atributos sexuales masculinos. El lirio al lado de la mujer significa pureza (para él la masturbación era la relación sexual más pura). Un saltamontes, animal que le daba pavor, tiene al abdómen lleno de hormigas ( símbolo de su próximo fin), el anzuelo simboliza la atadura con la familia, el león el deseo sexual, las piedras su pasado y la figura aislada la soledad.

En esta escena de sugerencias múltiples encontramos las obsesiones persistentes en la vida del pintor, como el sexo, la muerte, el amor, el cuerpo humano, el tiempo, la opresión de la moral tradicional y la asociación de imágenes de acuerdo con el psicoanálisis de Freud.


Más cuadros ..

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